Balanza: exportar para importar

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La realidad de los planes de exportación como contrapartida del ingreso de productos. Qué pasos siguen las empresas. Cuánto demoran las licencias no automáticas.

Frente al retraso en el otorgamiento de las licencias no automáticas (LNA), muchos importadores se vieron forzados a iniciar negociaciones uno a uno con la Secretaría de Industria, en las que el pedido de excepciones es una de las alternativas a ensayar. Pero la variante planteada por el Gobierno para permitirles entrar sus productos es exportar a cambio de poder importar. Cada dólar que ingresa, ya que la preocupación oficial está puesta en cuidar las divisas, por la fuga de capitales que genera el año electoral. A continuación, el detrás de escena de las negociaciones y los pasos que siguen las compañías para presentar sus planes.

Los pasos

  1. Así como acordaron las automotrices, la posibilidad también se extendió a otros sectores. En los papeles, indican fuentes de empresas importadoras, el Gobierno acepta que la promesa de exportación no tenga que ver con el mismo rubro. De ahí que, por ejemplo, el grupo Pulenta -importador de Porsche- se haya comprometido a incrementar sus exportaciones de vinos finos para poder ingresar autos. O que Socma (asociada con la china Chery) prometiera que incrementará sus ventas al exterior de equipos de GNC y de sus emprendimientos agrícolas a cambio de la importación de vehículos desde Uruguay y China.
  2. La variante que más se ensaya, revelan los abogados aduaneros, es la de «exportar por cuenta y orden de»: un importador acuerda con un exportador que venderá a través suyo una parte de sus productos, para así hacerse de esa virtual cuota de dólares que le permita ingresar la mercadería que pretende. «En el fondo, no deja de ser una cuestión cosmética, porque el exportador iba a vender de todas formas al exterior. Las exportaciones totales no aumentan», indica un ejecutivo.
  3. Las propuestas son discutidas empresa por empresa en la Secretaría de Industria y, si son aceptadas, los plazos de las licencias no automáticas se acortan, cuenta un implicado en esas negociaciones. Un efecto de las restricciones: empezaron a pulular los exportadores que «ofrecen» cuotas de exportación a importadores, a cambio de una comisión, revela un asesor de un grupo que importa componentes para la industria metalmecánica.

Licencias: el tiempo es tirano

De acuerdo con lo que indican las normas de la Organización de Comercio (OMC), explican abogados aduaneros, el plazo par ala aprobación de las licencias no automáticas (LNA) no debería exceder los 30 días desde que se presentó la solicitud. Los 60 días a los que hace alusión la legislación están contemplados, en realidad, para situaciones excepcionales. «Si bien hay momentos en los que existe mayor tráfico que otros, por la estacionalidad, el otorgamiento de las licencias se está atrasando hasta seis meses en algunos casos -afirma John Ryan-Lussich, titular del estudio especializado Ryan-Lussich & Asociados-. Estamos hablando de variaciones muy grandes.

Otros abogados agregan que a las demoras se suma el aumento de requisitos que colocó la Secretaría de Industria para aprobar las licencias, como pedidos de información sobre el proceso de fabricación en origen de los productos, lo cual obliga al importador a tener que reunir más datos. En el medio, los plazos se estiran. «Si al mercadería queda parada en la Aduana, los costos para las empresas son altísimos», subraya Ryan-Lussich. El almacenaje en depósito fiscal o terminal portuaria, por caso, cuesta U$S 20 diarios por contenedor, ilustra.

Revista Apertura / Junio 2011

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